lunes, 8 de octubre de 2012

Dios Protege tus Generaciones

Escrito por Pastor Otoniel Font el lunes, 08 de octubre del 2012.
En Números 27, se nos presenta la historia de dos hermanas que acudieron ante Moisés para reclamar la herencia de su fallecido padre, ya que este último no tuvo hijos varones y, en aquellos tiempos, las hijas no recibían herencia de su padre, ya que se esperaba que la mujer se casara y fuera cubierta por su esposo. Pero estas mujeres no estaban casadas y, bajo la ley, no había provisión para ellas. Entonces, recurrieron a Moisés para reclamar la herencia, no bajo la ley, sino bajo el pacto.

Estas mujeres establecieron un precedente, y lograron que se enmendara la ley.
Más adelante, en el capítulo 36 del mismo libro, estas mujeres vuelven a mencionarse, cambiando nuevamente el sistema de la ley. Dos de ellas se casan, y ahora participan de la herencia de sus esposos, y tienen que dejar la herencia de su padre a sus otras hermanas.
Estas mujeres siempre estuvieron agarradas de un pacto. Y esto es lo que Dios siempre ha querido.
Dios quiere hacer un pacto generacional contigo para proteger dos cosas. En primer lugar, Dios quiere proteger la semilla que él ha depositado dentro de ti. Dios decía, tanto a hombre como a mujeres, que si se casaban con personas que estuvieran fuera del pacto, entonces ellos también quedaban fuera del pacto. Porque Dios no podía bendecir una semilla que no estaba dentro del pacto.
Cada familia tiene una semilla, dentro de ella. Tú tienes una semilla, un potencial divino, dentro de ti. Hay algo en tu interior que Dios siempre ha querido proteger. Hay algo especial que Dios ha depositado en tu vida, en tu interior, que es lo que asegura que tus generaciones tendrán la victoria sobre el mundo.
Dios le dijo a Eva: De tu simiente, saldrá uno que le aplastará la cabeza al enemigo. Hay algo dentro de ti que, en tus generaciones, se ha de manifestar y, cuando se manifieste, tus generaciones podrán dar testimonio de que han vencido al enemigo.
Cuando Abraham dijo que Sarah era su hermana, y entró en la casa de Amalec, lo primero que Dios hizo fue cerrar el vientre de Sarah, y el vientre de todas las mujeres de Amalec. ¿Por qué? Porque, si Amalec se acostaba con Sarah, y la embarazaba, se dañaba el hijo de la promesa, porque ahora, la mujer de la promesa daría a luz a un egipcio, y la semilla se perdería. Así que, Dios tiene que cerrarle la matriz a Sarah, para que el mundo no la embarace. Dios no quería nada del mundo dentro de Sarah.
De la misma manera, hay cosas que Dios quiere cuidar dentro de ti, porque esas cosas que están en tu interior, van a pasarse de generación en generación y, un día, le aplastarán la cabeza al enemigo.
Tus hijos no entienden esto. Ellos no entienden que, cuando tú velas por ellos, no es para causarles incomodidad, sino porque hay una semilla dentro de ellos, y te corresponde a ti velar que no se pierda.
Dios quiere hacer un pacto contigo para establecer un precedente y, lo que no ocurría antes, ahora pueda ocurrir. Por causa de tu fidelidad a Dios, en medio de tu desierto, la semilla que Dios ha puesto dentro de ti será cuidada y, algún día, dentro de tus generaciones, saldrá esa semilla que le aplastará la cabeza al diablo.
Lo segundo que Dios quería proteger era la herencia natural, la propiedad, la tierra que Dios le dio. La ley estaba hecha para proteger el territorio. El territorio asignado, siempre permanecería en la familia.
Un pacto con Dios protege tu vida espiritual y protege tus recursos naturales. Cuando una persona tiene pacto con Dios, esa persona tiene una conciencia generacional, en la que se protege y se cuida el territorio que Dios te ha entregado. Ese es el orden divino.
Dios va a cuidar la semilla que él ha depositado dentro de ti, y también va a cuidar de que, lo que él te ha dado, permanezca en tus generaciones para siempre.

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