sábado, 11 de abril de 2009

Formando a un predicador


Formando a un predicador

Por: Pastor Oscar Castro
Fecha: 18 – Julio - 1999

Texto: II Timoteo 3: 16.
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”

Hechos 20: 27.
“Porque no he rehuido de anunciaros todo el consejo de Dios”


Introducción.
A continuación tocaremos un tema de homiletica, desde como aprender a crear y desglosar un sermón, conferencia etc.
Es bien importante que cuando prediquemos, prediquemos la verdad, la palabra de Dios.
Antes de predicar tenemos que Orar y leer la palabra.

¿Qué debemos de hacer para predicar la palabra?
Primero preparar un bosquejo.
¿Qué es un bosquejo? = Es preparar un tema señalando lo más importante de lo que queremos hablar para que nos sirva de guía, este se desglosa de la siguiente manera;
Tema.
Lectura Bíblica.
Verdad central.
Introducción.
Puntos de relevancia.
Conclusión.


Hay tres tipos de presentaciones:
1. Predicación
2. Enseñanza (Doctrina)
3. Escuela Dominical

La enseñanza y la predicación son diferentes.
La predicación es como el anzuelo para traer la gente al camino de Dios, es lo que llamamos evangelismo, temas para arrepentimiento y conversión.
La enseñanza es para formar el carácter del recién convertido, es aprender de la doctrina, y ser adiestrados como alumnos para servir en el reino de Dios.



Consejos Generales para predicar.

Es bueno saber y estar seguro de lo que se esta enseñando, no sea que hablemos cosas incoherentes y tergiversemos algunos términos básicos por nuestra ignorancia.

Tenga mucho cuidado con la vos a la hora de predicar, no tan suave ni tan fuerte, ya que puede terminar más bien siendo ofensiva al oído nuestra participación.

No tome agua fría, ya que nuestras cuerdas vocales están calientes y podemos dañarnos la vos, beba agua al tiempo antes durante y mucha más aun después ya que es el punto mas caliente de nuestra garganta.

No use bufanda, porque corre el riesgo de quedar afónico.

No use camisas o blusas, o corbatas muy apretadas a la garganta.

Cuide su personalidad, el vestir es bien importante, tenemos a darnos a conocer como líder.

No grite mucho, no hable fuerte, la gente no necesita que le duela la cabeza, sino el corazón con la palabra, muchos predicadores quieren sustituir la Unción por los gritos.

Estudie mas de lo que habla, use libros como referencias, comentarios, internet, de lo que sea que le provea información acerca de lo que habla, compruebe que lo que esta diciendo es verdad y no falso.

Ayune y Ore para que lo que predique valla sazonada con sal del cielo, para que la comida espiritual que pretenda dar sea comestible, digerible y nutritiva al espíritu.

Cuando predique use un lenguaje normal, no use caliche ni callejero, porque no sea que palabras que para nosotros y nuestra conciencia sean normales, pero en otros lugares sean molestas o de doble sentido, y no sea que estemos predicando en esos lugares y usemos el lenguaje no adecuado. (Efesios 4: 29.)

Memorice lo mas que pueda de los versículos a discutir y de referencia, si usted sabe que es olvidadizo, entonces escríbalos, es mejor que en el bosquejo los ande ya escritos, por que el tiempo que se lleva buscándolos en la predicación puede ser vital y mal desperdiciado.

No llene de tantos versículos un tema, porque se vuelve aburrido, a menos que seas una enseñanza.

Cuando predique trate de hablar con evidencia de lo que dice, trate de hablar y de evidenciar a Dios con milagros actuales, evidénciales, y no solo de los de la Biblia, hablemos y mostremos a un Dios de hoy y no solo desde el tiempo de la Biblia.


Preparación Intelectual del predicador.
“Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto te salvaras a ti mismo y a los que te oyeren”. (I Timoteo 4: 16)

La vida personal de los ministros debe de ser tan pura como la de su doctrina, tenemos que cuidar nuestro testimonio.
El predicador debe de ser una persona estudiosa, tiene que leer la Biblia, buenos libros, revistas informativas, periódicos, cosas que lo informen de la actualidad de la humanidad, de la ciencia, de la música, de la política, de lo social, como también de lo espiritual.
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonaran maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartaran de la verdad el oído y se volverán a las fabulas, pero tu se sobrio en todo, soporta las aflicciones, has obra de evangelista, cumple tu ministerio” (II Timoteo 4: 3-5.)

¿Cómo podemos edificar a la Iglesia con información Bíblica y también extra Bíblica?
“E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían, así despojaron a los egipcios.” (Éxodo 12: 35-36.)

Podemos despojar al mundo de información constructiva, tecnológica, humana, científica, histórica y espiritual en lo que cabe.

¿Cómo hacer un estudio Bíblico, un sermón, o una conferencia?
Ore y busque dirección a Dios de qué es lo que tiene que hablar, no sea que hablemos de nuestro corazón y no del de Dios, la palabra nunca tiene que ser de destrucción, sino de edificación.

Tome papel y lápiz y una concordancia Bíblica, ella le ayuda a formar un tema, después de que a orado y leído la palabra, eso se llama sermón, escriba el mensaje.

Ahora revise de lo que quiere hablar, desglose los puntos llenándolos de información y ejemplos, si puede cuente una parábola, anécdota o experiencia personal en cada punto, de manera que el tema sea dinámico y mas atractivo al oyente.

Siempre es recomendable que los temas sean dinámicos, entusiastas, y no cargados de versículos, hable de su experiencia en los puntos que discuta, no hable de algo que no halla vivido, como por ejemplo del matrimonio si usted no es casado, ya que puede crear polémica.

Parece loco y absurdo, pero practique en un espejo su predicación, para que pueda ver sus gestos, su manera de pararse, de mirar, para que pueda ver su postura, sea alguien con autoridad hasta en su manera de pararse.

No pase predicando recostado en el pulpito o pódium, eso se llama flojera, y no es agradable.

Sea dinámico y expresivo con sus manos y gestos, muévase de el lugar, camine e interactúe con la gente.

No se salga del tema, sea sobrio.

No hable mas de lo que usted hace por el Señor, que de lo que Dios hace por usted, eso se llama vana gloria y altivez, se llama política espiritual, que lo único que hace es promocionarte a ti mismo como si buscaras reconocimiento y una posición, pero esa no es la finalidad de la predicación, es promocionar a Dios y no a tu vida, es Dios el importante y el único digno, no tu.

Consejos generales para a la hora de predicar.
Cuando este esperando el tiempo para predicar no hable mas porque se pierde la solemnidad del pulpito, sobre todo después de una buena ministración de alabanza.

Repase mentalmente el mensaje, piense bien lo que va a predicar, ore para que las almas sean salvas, y el demonio sea derrotado, y Jesús sea Glorificado

Empiece a hablar calmado y seguro, lo más que pueda.

Siempre espere hasta que haya silencio y todo el mundo se acomode, si hay bulla entonces reclame reverencia hacia la palabra de Dios.

Salude a los hermanos con la paz del Señor.

No se achique si grandes predicadores le están escuchando.

Aprenda a medir la distancia del micrófono, no se acerque mucho porque no se le va a entender, no se aleje tampoco porque no se le a escuchar.

No se limpie la nariz en el altar, ni estornude a dirección de la gente, use pañuelo si anda con gripe, y tápese si va a estornudar, recuerde que eso es un virus y en ves de traer sanidad va a traer enfermedad a la Iglesia si comienza a estornudar y esparcir el virus.

No juegue con la corbata, ni tenga lápiz u otro objeto en la boca a la hora de exponer un tema.

No mire a una sola persona en la predicación, no vallan a creer que es personal el tema.

No se acueste en el altar, pues no es cama.

No le pegue al pulpito porque lo puede quebrar.

No use palabras indecentes en el altar, ni en otro lugar.

No hable contra las autoridades, tanto de la nación como de la Iglesia.

No hable en contra de otras Iglesias porque causa una mala impresión en el oyente y crea rivalidad y división.

Haga que el pueblo Glorifique a Dios mediante el mensaje, nuestra enseñanza tiene que ser Cristo céntrica.

Siempre ponga a Cristo como la única solución a todos los problemas.

De la enseñanza del líder depende el crecimiento del grupo o Iglesia.

Siempre haga el llamado de arrepentimiento a las almas para vengan a Jesús, y a los creyentes para que se consagren.

El mensaje no tiene que ser más de una hora de duración en la Iglesia y 30 minutos en un grupo familiar, sea específico y dinámico.

Conclusión.
Para ser un predicador lo primero que necesitas es tener la pasión de predicar a Cristo, ese fuego que no te permite callar, que te hace exponer las maravillas de nuestro Dios, y recuerda lo que dijo uno de los más grandes predicadores de la historia después de Jesús, el Apóstol Pablo dijo:
¿Cómo, pues, invocaran a aquel en el cual no han creído?
¿Y como creerán en aquel de quien no han oído?
¿Y como oirán sin haber quien les predique?
¿Y como predicaran si no fueren enviados?
Como esta escrito: ¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian las buenas nuevas! (Romanos 10: 14-15.)



Estableciendo el reino de Dios
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