martes, 23 de febrero de 2010

Avivamiento en pañales

Avivamiento en pañales

Marcos Witt

Cuando visitamos amigos que no hemos visto desde hace un tiempo, notamos que sus hijos han crecido. Casi siempre, como padres no notamos este crecimiento, debido a que es algo tal sutil, y viene tal lentamente que no nos damos cuenta de lo que está pasando, hasta que cuando menos pensamos nuestros hijos se han casado, y se han mudado de la casa. Es en ese momento que tantos padres se empiezan a hacer preguntas como, ¿Habré preparado a mi hijo(a) para el mundo? ¿Le habré dado los instrumentos necesarios para poder triunfar en la vida? Pero muchas de esas preguntas no tan sólo tienen ya una respuesta, sino que se preguntan demasiado tarde. Esas fueron preguntas que nos hubiéramos hecho durante toda la vida inicial y el desarrollo de nuestros hijos. Después de crecidos, será imposible forjar el carácter que necesitan para salir adelante, por que éste ya está forjado.


¿A donde me dirijo con todo esto? Se lo diré: los historiadores mencionan que América Latina está experimentando uno de los momentos más grandiosos en la historia del cristianismo. Esto es algo de lo que hablan en todos los círculos de la vida cristiana alrededor del mundo. Existen equipos enteros de personas que se están movilizando para estudiar los fenómenos que ocurren en países tales como Argentina, Chile, Colombia, El Salvador, México, Guatemala y Costa Rica. Quieren saber cómo es que está ocurriendo este crecimiento tan extraordinario en las iglesias cristianas y quieren entender por qué la mayoría del crecimiento lo está teniendo la iglesia Pentecostés/Carismática, o lo que muchos ahora llaman las iglesias "Neo Pentecostales". Es interesante ver cómo nuestra querida América Latina es el centro de tantos estudios, análisis y escritos. No cabe duda, es un mover de Dios.

¿Nuestro desafío? Como somos los que estamos viviendo día con día el acontecimiento de este avivamiento, nos podemos volver como esos padres que están viendo todos los días a los mismos hijos, sin verles el futuro que tienen. Ser padres sin visión para nuestros hijos, es sellarles su derrota. Lo mismo sucederá si no miramos este despertar en la iglesia cristiana con ojos de visión y futuro, pidiendo al Señor sabiduría para saber cómo tratar el crecimiento, cómo prepararnos para la cosecha, cómo adiestrar nuevos líderes y cómo dejar a un lado agendas personales para que la agenda del Espíritu Santo realmente tome primer lugar.

Si nos vamos "acostumbrando" a ver este despertar espiritual con ojos faltos de visión, sellaremos la derrota de este momento que Dios nos está permitiendo vivir. Es tiempo de ir pidiéndole al Señor que nos haga padres sabios para que este "hijo" crezca de acuerdo a su Voluntad.

Es tiempo de que seamos esos líderes congruentes, visionarios y seguros de la dirección que Dios nos ha dado, en lugar de recurrir a la dictadura y miopía espiritual. Tenemos que pedirle al Señor que nos haga entender mejor lo que es Su gracia y misericordia, para que de esta manera, podamos operar de la forma en que El lo haría.

¿Estamos listos para este despertar? Algunos lo están llamando "avivamiento" pero la definición histórica de un avivamiento es que pueblos, ciudades, estados y naciones enteras son afectados por el poder del evangelio. Esto todavía no lo vemos en la dimensión que debería ser para que sea un verdadero avivamiento. Yo prefiero llamarlo un "despertar espiritual". Pero, veamos este despertar con ojos de fe, con un corazón de visión, para que no opaquemos con nuestra falta de visión, lo que puede convertirse en uno de los moveres de Dios más poderosos de la historia del hombre.

¡Yo lo deseo Señor Jesús! Para todos mis hermanos y no tan sólo para América Latina, sino para el mundo entero.

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