jueves, 25 de febrero de 2010

Una Experiencia de guerra

Una Experiencia de guerra

Anthony Hernández.

El 02 de Agosto del 2003 tuve el honor de casarme con Cinthia, mi esposa, y pues siempre hemos sido personas que hemos servido a Dios incansablemente, por parte de ella su abuelo fue uno de los primeros líderes del ministerio, su madre supervisora, su abuela tremenda intercesora, su tía y primas anfitrionas de células y predicadoras, Cinthia estaba en el coro y era líder de célula igual, su familia estaba llena de predicadores, en mi familia mi madre era líder de célula, estaba en el grupo de intercesión, era coordinadora de mujeres, y yo al igual era predicador, líder de células, estaba en la alabanza y trabajaba formando a los nuevos en la alabanza, estábamos comprometidos con la obra 100%, por donde lo vieras hemos sido un constante dolor de cabeza para el reino de las tinieblas, te aseguro que nuestras cabezas tienen precio en el reino de las tinieblas, lo que el diablo no quiere entender es que Jesús ya pago ese precio por nosotros, por lo tanto ahora se aguanta porque no pararemos de desbaratar las obras de las tinieblas, hasta el día que Cristo venga o partamos a su presencia.

Pero en el 2004 recuerdo una experiencia poderosa que tuvimos de guerra espiritual, nosotros alquilábamos una casa muy linda, teníamos menos del año de casados y mi esposa ya había salido embarazada, y sin saberlo nosotros vivíamos al lado de unas personas que practicaban la brujería, pues comenzamos a ver cosas raras en aquella casa, a veces estábamos comiendo y nos golpeaban la puerta y cuando salía no había nadie, a veces estábamos en la sala viendo la televisión y botaban los platos de la cocina y estábamos solos, entonces comprendimos que era un ataque directo a nuestra vida, y sabíamos que el enemigo no quería que nuestra primer hija naciera, comenzamos a orar fervientemente, y por una semana cada vez que salía a cantar o a la iglesia siempre que regresábamos había un perro negro parado frente a nuestra casa a media noche, eso paso por una semana, todas las noches se iba a parar frente a nuestra casa y se quedaba con la mirada fija viendo nuestro hogar, y nuestra oración paso a ser de intercesión a guerra, reprendíamos, luchábamos con versículos, declarábamos palabra sobre nuestra hija, y nos cubríamos con la sangre de Cristo, entonces por las mañanas comenzaron a aparecer pájaros sin cabezas en nuestro patio, nos tiraban al patio animales decapitados, sabíamos que no era algo común, que estábamos peleando contra brujos y hechiceros, entonces en una noche antes de dormir comenzamos a orar con mi esposa, recuerdo que nos arrodillamos a la orilla de la cama y comenzamos a sentir una presión horrible, como que la habitación se hacía más pequeña, entonces sentimos la presencia de algo terrible a nuestra espalda, pensé que solo yo lo sentía o lo veía, pero luego abrí mis ojos y vi a mi esposa que estaba viendo lo mismo, no era una visión, era una guerra física y espiritual, entonces me volví a mi espalda y vimos a dos personas como monjes atrás nuestro, el uno estaba como diciendo oraciones y el otro tenía como una cadena y debajo de la cadena un plato con incienso y lo movía por la habitación, pero sabes, de repente en vez de sentir miedo, espanto o temor, sentimos como una fortaleza, algo que nos invistió de poder, una autoridad, sentí que mis ojos eran de fuego, y comenzamos a guerrear, a declarar las promesas de Dios, y a reprender y echar fuera toda obra de oscuridad en contra nuestra, y EN EL NOMBRE DE JESUS declaramos libertad, sabes esos demonios ahí pegaron un grito y salieron por la ventana como humo succionado, pero fue un grito real de manera que hasta los vecinos oyeron ese grito, recuerdo que al día siguiente nos preguntaron si era mi esposa dando a luz, jajajaja, era un grito de derrota y humillación del enemigo, porque Jesús nos dio autoridad para ollar serpientes y las obras de Satanás, luego nos dimos cuenta que eran los vecinos practicando brujería en contra nuestra, pero no pudieron, porque el que estaba conmigo es mayor que el que estaba con ellos, un par de meses después, el 5 de Octubre nació nuestra primer hija y la llamamos Melody Hernández, sana, fuerte, juguetona, con tremendos talentos y virtudes, con un temor fuerte por Dios y con una gracia especial en su vida, desde antes de nacer el diablo la quería destruir, por eso sabemos que trae un llamado fuerte y un propósito poderoso en su vida, y hará mayores cosas que nosotros como padres.

Dios no hace tiros al aire, El apunta, dispara y da en el blanco

Anthony Hernández

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