viernes, 5 de febrero de 2010

La vida de Jesucristo según las pascuas de Israel

La vida de Jesucristo según las

pascuas de Israel

Anthony Hernández

Texto: Fecha: Diciembre - 1999

Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; 17cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado” (Deuteronomio 16: 16-17.)

Introducción.

La Biblia nos muestra que Dios había constituido en su pueblo Israel unas fiestas para que le celebrasen a su nombre por lo que él había hecho en medio de ellos, y en cada una de ellas vemos como se refleja el ministerio de Jesucristo.

En el año Israel celebraba tres pascuas:

A. La de los panes sin levadura.

B. La de las 7 semanas.

C. la de los tabernáculos.

Hoy estudiaremos cada una de estas y veremos como la vida de Jesucristo se manifiesta simbólicamente en ellas.

1. La Pascua de los Panes sin Levadura.

Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: 2Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. 3Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. 4Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. 5El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. 7Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. 8Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. 9Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. 10Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. 11Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua de Jehová. 12Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. 13Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.

14Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis

17Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua” (Éxodo 12: 1-14, 17.)

Esta fiesta se celebraba en el mes de Nisán o Abib (Marzo-Abril), era la primera del año.

En esta fiesta vemos a Israel sacrificando a un cordero sin defecto, que es tipo de Jesucristo.

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1: 29.)

Este cordero tenía que ser inmolado y quemado, al igual que lo fue Jesús, porque fue inmolado en la cruz y luego bajo a las profundidades para pagar nuestro precio en el infierno.

Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12: 40.)

La fiesta se celebraba recordando como Dios los había sacado de Egipto, y como con la sangre del cordero Dios los había librado de la muerte a sus primogénitos.

La palabra “Pascua” en hebreo es “Pesaj”, que significa: “Saltar, pasar por alto, o pasar de largo”

Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto” (Éxodo 12: 13.)

Por esta razón es que vemos que la sangre del cordero impidió que la plaga de la muerte entrara en las casas de los Israelitas.

El propósito de esta fiesta era celebrar a Dios por la libertad que les dio del yugo de la esclavitud a través de la victima que él les había dado para que los librara de la mortandad, Esta víctima era Cristo representado en el cordero.

Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. 25Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. 26Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, 27vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró” (Éxodo 12: 24-27.)

En los días que se celebraba esta misma fiesta fue el momento de la crucifixión de Jesús, era el cordero o victima que Dios había dado al mundo para que nos librase de la mortandad del pecado.

Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a sus discípulos: 2Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado” (Mateo 26: 1-2.)

El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mí tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. 19Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua” (Mateo 26: 17-19.)

En el Antiguo Testamento se ordena en que el pan de esta fiesta debía de ser sin levadura, y que se comiese con hierbas amargas.

Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán” (Éxodo 12: 8.)

Esto recordaría el sufrimiento y precipitación con que se efectuó la salida de Egipto.

No comerás con ella pan con levadura; siete días comerás con ella pan sin levadura, pan de aflicción, porque aprisa saliste de tierra de Egipto; para que todos los días de tu vida te acuerdes del día en que saliste de la tierra de Egipto” (Deuteronomio 16: 3.)

Hoy en día nuestro pan sin levadura es la palabra de Dios, la cual se encarga no solo de recordarnos los sufrimientos y muerte de Cristo, sino también su resurrección y de toda la gloria que recibió después de esta amarga fiesta, y frutos de esa gloria somos nosotros.

2. La Pascua de las siete Semanas.

Y contaréis desde el día que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán. 16Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis el nuevo grano a Jehová. 17De vuestras habitaciones traeréis dos panes para ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con levadura, como primicias para Jehová. 18Y ofreceréis con el pan siete corderos de un año, sin defecto, un becerro de la vacada, y dos carneros; serán holocausto a Jehová, con su ofrenda y sus libaciones, ofrenda encendida de olor grato para Jehová. 19Ofreceréis además un macho cabrío por expiación, y dos corderos de un año en sacrificio de ofrenda de paz. 20Y el sacerdote los presentará como ofrenda mecida delante de Jehová, con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa sagrada a Jehová para el sacerdote. 21Y convocaréis en este mismo día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en dondequiera que habitéis por vuestras generaciones” (Levítico 23: 15-21.)

Siete semanas contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las siete semanas. 10Y harás la fiesta solemne de las semanas a Jehová tu Dios; de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido. 11Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre. 12Y acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por tanto, guardarás y cumplirás estos estatutos” (Deuteronomio 16: 9-12.)

Esta fiesta judía se celebraba en el mes de “Sivan” (Mayo-Junio), como un agradecimiento a Dios por la cosecha.

Se celebraba luego que terminaba la primera pascua, que es la de los panes sin levadura.

En esta fiesta de las siete semanas, el pueblo de Israel traía a Dios los primeros frutos de sus cosechas, y del primer trigo hacían panes y los ofrecían a Dios como ofrenda, lo mismo vemos en la vida de Cristo.

Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos” (Juan 6: 4.)

Esta era la segunda pascua de los judíos, y Jesús hablo de ella refiriéndose a sí mismo como el pan que había de ser ofrendado en la pascua para Dios como primicia.

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Juan 6: 4.)

Yo soy el pan de vida. 49Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. 50Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo” (Juan 6: 48-51.)

Jesús es la primicia de fe, el cual murió y resucito como primicia, dándonos esperanza en su resurrección.

Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. 21Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. 22Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 23Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (I Corintios 15: 20-23.)

A esta pascua también se le llamo “Fiesta de Pentecostés”, la palabra pentecostés es de origen griego y significa: “Quincuagésimo” que es en español “Cincuenta”.

Esta fiesta tenía lugar de 50 días, luego que terminaba la de los panes sin levadura, la fiesta de los panes sin levadura duraba una semana, a Jesús lo mataron el viernes de esta semana de los panes in levadura, y resucito el domingo, primer día de la otra pascua, la de los cincuenta días o 7 semanas.

A sus apóstoles se les presentó por un periodo de 40 días y subió al cielo, luego los apóstoles estuvieron orando en el aposento alto diez días, era el ultimo día de esta pascua o fiesta, el día de pentecostés, en este día se cumplían los cincuenta días de la pascua de las 7 semanas, y fue cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos.

Hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios” (Hechos 1: 2-3.)

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2: 1-4.)

En la primera pascua vemos el sacrificio de Cristo, el cordero de Dios, en la segunda pascua vemos la primicia y testimonio de la resurrección y arrebatamiento hacia el cielo, “Nuestro Destino”.

3. La Pascua de Los Tabernáculos.

Pero a los quince días del mes séptimo, cuando hayáis recogido el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días; el primer día será de reposo, y el octavo día será también día de reposo. 40Y tomaréis el primer día ramas con fruto de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los arroyos, y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días. 41Y le haréis fiesta a Jehová por siete días cada año; será estatuto perpetuo por vuestras generaciones; en el mes séptimo la haréis. 42En tabernáculos habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, 43para que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios

(Levíticos 23: 39-43.)

Esta pascua se celebraba en el mes de “Tishri” (Septiembre-Octubre).

En esta semana de fiesta los israelitas habitaban en tiendas o tabernáculos, y todos los días tomaban ramas de árboles y celebraban con ellas la fiesta de Dios.

Habitaban en tabernáculos recordando que Dios habito entre ellos en un tabernáculo también.

Cuando Jesús entro a Jerusalén, hicieron lo mismo que hacían en esta fiesta, tomaron ramas y comenzaron a regocijarse por la venida del mesías.

Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó; 7y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima. 8Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino. 9Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (Mateo 21: 6-9.)

La fiesta de los tabernáculos es una representación de la venida de Cristo, el cual nos llevara a celebrar su fiesta por 7 años en el tabernáculo del cielo.

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos; 10y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. 11Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios, 12diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.

13Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? 14Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. 15Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. 16Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; 17porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos” (Apocalipsis 7: 9-17.)

Conclusión.

En la primera pascua vemos el sacrificio de Cristo, el cordero de Dios, en la segunda pascua vemos la primicia y testimonio de la resurrección y arrebatamiento hacia el cielo, en la tercera pascua vemos la culminación de las dos primeras pascuas, vemos a Cristo con su Iglesia en el tabernáculo del cielo, en las bodas del cordero.

Como podemos ver, no hay absolutamente nada que no tenga como centro a Cristo, todo es una promesa que Dios nos ha dado, para que a través de Jesucristo, estemos en una fiesta eterna con él.

¡Jesucristo es nuestra pascua!

Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros” (I Corintios 5: 7.)

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