sábado, 6 de febrero de 2010

Donde Dios pasa, algo pasa

Donde Dios pasa, algo pasa

Anthony Hernandez

Una noche que jamás olvidare fue la del verano del 2002 en el Estadio Olímpico de nuestra ciudad San Pedro sula, fue el día que nuestra iglesia La Cosecha organizo la campaña con Benny Hinn en Honduras, te imaginas la expectativa que había en todo el país, miles de personas se harían presente en el Olímpico, los milagros serian extraordinarios, la logística y la organización eran extremas, era todo un acontecimiento que quizás no lo volveríamos a vivir, por lo menos con Benny Hinn.

A nosotros los músicos nos avisaron cerca de seis meses antes del evento, e hicieron la lista de los músicos que tocarían en las dos noches, sinceramente yo me conformaba con conseguir un gafete y entrar cerca de la tarima, no esperaba ser tomado en cuenta, ya que casi siempre con Noé que era el encargado del sonido nos dedicábamos a lo técnico en las cruzadas, y por lo general en algunas no toqué, pero cuando miré el listado de las dos noches mi sorpresa fue que mi nombre aparecía en la lista del primer día, tocaría el bajo en la apertura de la cruzada, el equipo de Benny Hinn nos envió las partituras de las canciones con las que ellos ministran, y comenzamos a ensayar fuertemente como no tienes idea, era media noche y nosotros ensayando, queríamos dar los mejor de nosotros en el evento, recuerdo que Mario Bodden el entonces director de alabanza era el encargado de formar el coro para el evento, y comenzó la tremenda tarea de hacer audiciones, en ese entonces Mario tenía como unos 22 a 23 años, era un muchacho (y lo sigue siendo) y tenía la tremenda responsabilidad de organizar todo lo que era lo musical, el coro, las partituras, los ensayos, lo espiritual, soportar los desvelos, no sé como lo hizo, pero lo hizo, y participo mucha gente de varias iglesias, del conservatorio de nuestra ciudad, yo tenía 20 años entonces, el porcentaje de edades era de 20 a 30 entre los músicos, éramos puros muchachos, aunque ya habíamos tocado en varias cruzadas esta nos tenía a filo de los nervios porque sabíamos la tremenda noche que nos esperaba.

Llegó el día y nosotros llegamos temprano al estadio, recuerdo que el estadio que es de capacidad como para una 50 mil personas ya en la tarde estaba abarrotado, y seguían llegando los buses, los autos no cabían, la gente caminaba por kilómetros para llegar al evento, los enfermos habían entrado a la cancha, cuando dio comienzo el evento, al lado nuestro estaban representantes del gobierno de nuestro país, de las fuerzas armadas, de las organizaciones cristianas, de personalidades importantes de nuestro país, pero sobre todos ellos estaba el Espíritu Santo manifestándose como solo él lo puede hacer, nosotros tocamos, danzamos, celebramos, y los gritos de alabanza en la gente eran impresionantes, habían abierto los portones de la grama y creo que habían cerca de 80 mil personas la primer noche, ni la selección de Football de nuestro país tiene el poder de convocatoria que Jesús tiene, cuando Benny Hinn comenzó a predicar todo el mundo escucho atentamente, y cuando comenzó a orar por milagros, el grupo de músicos que andaban con Benny Hinn tocaron y el coro cantaba con tal fervor que algunos lloraban mientras lo hacían y Mario el muchacho de 22 años estaba parado frente al coro dirigiéndole, era un coro como de 500 personas, no sé como lo hizo, pero lo hizo, Dios se lucio a través de Mario ese día, ¿Quién podía confiar en un muchacho para tal responsabilidad? Fue toda una experiencia, al final públicamente Benny Hinn le agradeció y felicitó por su trabajo excelente.

En el momento de los milagros yo estaba con mi inseparable amigo Noé al lado de la tarima, justo por donde subían las personas a testificar su milagro, pero algo que nos llamo la atención es que frente a nosotros en la cancha había un hombre como de unos treinta años con su hijo de unos tres años, invalido, sus pies delgados, sin fuerza, su rostro como de un enfermo, decaído y triste se miraba aquel niño, pero el padre lo tomó de sus brazos frente a nosotros y lo levanto de la silla de rueda y comenzó a orar, solo decía “En el nombre de Jesús, En el nombre de Jesús” era todo lo que él decía, ni una palabra más, con su hijo en sus brazos y con sus ojos quebrados por las lagrimas, lloraba y decía en el nombre de Jesús, cuando de repente los pies de aquel niño ya no eran débiles, eran gruesos y fuertes, lo suficientes para ponerse en pie y comenzar a caminar, era inexplicable, pero cuando aquel niño dio su primer paso frente a nosotros que solo mirábamos atónitos el padre grito con todas sus fuerzas y con una voz desgarrada por la alegría y las lagrimas “Gloria a Dios….”, y el niño que nunca había caminado ahora caminaba de un lado a otro, solo, sin ayuda, y cuando voltee para mirar a Noé recuerdo que estaba quebrantado, y comenzamos a alabar a Dios junto a las alabanzas que se cantaban, y llorábamos porque para donde mirásemos había gente celebrando su milagro, y los milagros fluían, Dios hizo estragos ese día, las muletas ya no sostenían a las personas, sino que las personas caminaban con ellas sobre sus cabezas, los sordos oían, los mudos hablaban, la gente lloraba, nosotros sin palabras maravillados por el poder de Dios, me cambió la vida aquella noche de Abril, pude ver que Dios es real y que existe, y que no hay nada imposible para él, Benny Hinn nunca oro por aquel niño invalido, es mas el padre no pudo testificar en la tarima por que habían demasiadas personas testificando y no hubo oportunidad, quizás Benny hinn nunca supo de aquel milagro del padre con su hijo, la razón del milagro fue la fe del padre puesta en Jesús, la oración más sencilla pero la más poderosa “En el Nombre de Jesús”, no hay enfermedad, ni problema, ni mal que pueda prevalecer ante el nombre de Jesús.

Donde Dios pasa, algo pasa

Anthony Hernandez

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