El producto de las aguas
Anthony Hernández
“Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas. Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto. A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina”
Esto nos habla del fruto de nuestra relación con Cristo, toda la vida de estos árboles depende de que tan cerca estén de las aguas del río.
Realmente es impresionante, pero dice que las aguas que nacen en el rio llegaran hasta el mar y el mar se sanara, ¿Cuánto tiempo hemos perdido jugando a la iglesita? Pescando en peceras, trayendo personal de otra iglesia, ofreciendo puestos y hasta salarios con tal de que estén con nosotros, habiendo tanta gente en el mundo, tanto talento por descubrir, tantas almas por salvar, tenemos puesto nuestros ojos en el mercado cristiano, a ver qué nuevo fichaje hacemos para nuestro equipo, el problema está en que muchas veces no nos gusta formar gente.
He llegado a lugares donde algunos líderes e incluso hasta pastores usan la frase que a veces se vuelve manipuladora y te dicen: “Hemos estado orando por alguien cono usted en nuestra iglesia, para que nos apoye, y de repente aparece usted, creo que es de Dios”, en lo personal si Dios no me dice que me mueva, ya pueden aparecerles ángeles a ellos, temblar la tierra o pasar un huracán, pero si Dios no me habla a mí simplemente no me muevo, porque algunos le piden a Dios músicos o lideres ya formados, yo en lo personal creo que es una petición mediocre y hasta haragana, porque si quieres buenos músicos ten la gentileza de creer en uno de tus muchachos y de invertir en ellos mandándolos a escuelas o institutos musicales para que sean formados y después estos puedan formar gente en tu iglesia, si quieres lideres, cree en la gente que te sigue e invierte tu en ellos mandándoles a institutos Bíblicos a ser formados, a si no tendrás mas neófitos ni laicos en tus filiales, traer a otro asalariado no es la solución, confiar en lo que Dios te ha dado e invertir en ellos es la solución, si alguien es capaz de dejar su iglesia por el salario que le ofrezcas para trabajar contigo, también te dejará cuando otro le ofrezca un salario mejor, hallar buenos músicos y buenos lideres es fácil, pero encontrar gente fiel es difícil por lo tanto valora a los que están a tu lado porque ellos creyeron en ti por eso te siguen, creo que es justo creer en ellos también.
Si plantas bien tus arboles junto al rio, créeme que tendrás fruto permanente y sombra para tu descanso, y podrás llevar sanidad a los mares con estas benditas aguas de Dios, Dios te va a dar crecimiento en la manera que seas capaz de desarrollar a otros, porque Dios no te podrá confiar las almas que tanto sacrificio le costó salvar si no eres capaz de cuidarlas, Dios no derrocha ni un solo pez, cada alma vale la sangre de Cristo, habrá abundancia de peces, abundancia de aguas, abundancia de frutos, todo lo que necesitas es tener el anhelo de vivir cerca de las aguas de Dios, anhelando su presencia, pues todo lo que entre en este río vivirá.
Anthony Hernández
Credo Producciones
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