martes, 23 de febrero de 2010

El Rio nace desde el Trono de Dios


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El Rio nace desde el Trono de Dios

Anthony Hernández

El Apóstol Juan nos habla de un río que sale del trono de Dios, el cual es de aguas llenas de vida.

“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones” (Apocalipsis 22: 1-2.)

En nuestro interior hay un trono que es el corazón, si dejamos que Dios se siente en nuestro trono, no solo será nuestro Salvador, sino también nuestro Señor, gobernador y Rey, “Nuestro Rey”, cuando esto suceda entonces el río de Dios comenzará a fluir de nuestro interior, sus aguas inundaran nuestro ser, y si nos dejamos arrastrar por las corrientes nos llevaran a un solo lugar, “El árbol de vida que es Cristo Jesús”, la única manera de llegar a él es a través del río.

Lo tremendo es que hay naciones enteras enfermas, sedientas, esperando que lleguemos a darles paz, sanidad y vida, no dejes que se seque tu manantial, renuévate siempre en Dios, porque hay un mundo entero que espera por ti, afuera hay muchos macedonios rogando que los visitemos, la gente se muere, el sida, el cáncer, la diabetes, la pornografía, la desintegración familiar, el divorcio, etc. Todas estas cosas a veces nos ganan terrenos, por lo tanto te necesitamos en esta guerra, te necesitamos en este rio, te necesitamos en este momento para que lleves sanidad a los enfermos, salvación y perdón a los pecadores, y libertad a los presos por cadenas de impiedad, levántate y asume tu posición, pasa a otro nivel mas adentro, desafíate a creer en Dios y en ti mismo, el mensaje ya está, lo que necesitamos son pregoneros, la medicina ya está, lo que necesitamos son personas que lleven el botiquín, la necesidad ya está, lo que necesitamos es gente con pasión por Dios y por las almas para llegar a ellas con la sanidad en sus manos.

El Fruto de Vida.

En el relato del Génesis se pone de relieve que a causa del pecado Dios prohibió el acceso al árbol de la vida, pero por la purificación de las aguas y su obra limpiadora nos deja abierto nuevamente el acceso al árbol de la vida que es Cristo Jesús.

Según Apocalipsis las hojas de este árbol eran para sanidad de las naciones, no podemos nosotros dar sanidad si nosotros estamos enfermos, esto significa que para poder darle vida a este mundo, nosotros debemos de morir en las aguas de este río y nacer a una nueva vida comiendo del fruto de este árbol, ¡No olvidemos que tanto la hoja como el fruto son de la misma naturaleza, del mismo árbol, Cristo Jesús!

¿Qué esperas para sumergirte en las aguas?

¿Qué esperas para bautizarte?

¿Qué esperas para levantarte de la silla y darte un buen chapuzón en el refrescante rio de Dios?

Ven y disfruta de la abundancia de gozo que hay en la presencia de Dios, disfruta del más grande fruto que existe, y es el Amor de Dios en Cristo Jesús.

Fiesta en la orilla.

Este río también trae gozo, alegría, Alabanza, fiesta a la ciudad.

“Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo”. (Salmo 46: 4.)

Es importante saber que una vida llena de las aguas de Dios, no puede estar amargada, ni llena de odio, hay un cambio cuando estas corrientes corren por nuestra vida, “Donde Dios pasa, algo pasa”.

Así que cuando veas a alguien amargado o de semblante pesado invítalo a bañar en el rio, pero no en el de la comunidad, sino en el Rio de la presencia de Dios, así que hagamos fiesta en la orilla del rio, celebremos culto al altísimo disfrutando del gozo y de la libertad que su presencia nos da.

El río también trae purificación.

“En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia” (Zacarías 13: 1.)

No podemos tratar de ministrar las cosas Santas de Dios si nuestra vida está infectada por el pecado y la inmundicia, lo más probable es que muramos en nuestro intento, antes de subir al altar es necesario que subamos al río y nademos un rato en las aguas y todo será diferente, porque habrá vida.

No trates de tocar un instrumento o predicar en la iglesia sin antes haber buscado la presencia de Dios, porque fallamos a diario en una u otra cosa, por lo tanto a diario hay que bañarse para estar limpios delante de Dios, o ¿Quién se va a trabajar todos los días sin bañarse? Nadie, es parte de nuestra vida, el asearnos, y estar limpios, por lo tanto hay un rio esperando por ti, si andas apestoso es porque quieres, porque las aguas están listas y frescas para limpiarte.

Solo para Sedientos.

Esta agua solo se desborda en la vida de aquellos que tienen su morada en la presencia de Dios, Jesús dijo que esta agua no era para cualquiera, sino para los que tienen sed.

“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7: 37-39.)

Debemos de anhelar esta agua a través de la fe en Cristo Jesús, y como dice la escritura de su interior correrán ríos de agua viva.

Es interesante que no habla de río, sino de ríos, esto habla de la diversidad de dones, talentos, habilidades que fluirán en nuestra vida, tanto como para sobrevivir como para hacer la obra de Dios.

Dios no derrocha, esta bendición es solo para los que la anhelan, por esto vemos que algunos líderes son más influyentes que otros, que algunos oran por enfermos y se sanan, y otros oran y no pasa nada, que algunos ministros de alabanza cantan y el cielo baja, pero otros cantan y no pasa nada, no es por el talento o por la facilidad de palabras que haya en nuestra vida es por el anhelo que tengamos de él, y el nos recompensará con unción, gracia, milagros, presencia y comunión, y un montón de regalos que nos dará, porque tienes que saber esto que cada vez que llegues a la presencia de Dios nunca saldrás con las manos vacías, Dios siempre te dará regalos para que bendigas a los demás, solo ten sed de Dios, anhelo de su presencia y nada en el rio de Dios, disfruta de sus aguas, sáciate con el fruto de sus árboles, y no dejes de hacer fiesta en su presencia, porque Dios se goza cada vez que tú te acercas a él, él se deleita pasando tiempo contigo, disfruta revelarte sus secretos, solo acércate a él y él se acercara a ti.

Conclusión.

Todo esto del río es simplemente el glorioso Espíritu Santo que recibimos a través de nuestra fe, anhelo y búsqueda de la presencia de Dios, el cual nos capacitará, y nos hará aptos para el ministerio y nos dará poder legal para vivir en la ciudad de Dios, que es en su presencia, sus promesas, sus riquezas, sus planes, su corazón, en otras palabras en “Cristo Jesús”.

¿Qué esperas para nadar? ponte tu ropa de baño y lánzate al rio, que ricas y abundantes bendiciones esperan por ti.

Anthony Hernández

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